viernes, 17 de mayo de 2013

Pensar en lo Impensable (por Robert Anton Wilson)


Pensar en lo impensable (Introducción a "Disparador Cósmico I: El Secreto Final de los Illuminati" de Robert Anton Wilson - 1977)

 


Podría comenzar este relato como el gran H.P. Lovecraft tardío: hacen ya casi 13 años desde el nefasto día en que comencé a investigar por primera vez las leyendas terribles que rodean a los enigmáticos Illuminati de Baviera, una supuesta conspiración que alguna gente cree que rige al mundo. Como un héroe de Lovecraft, me embarqué en mi investigación sin sospechar los peligros que me esperaban: pensaba que sólo estaba investigando un caso notable de paranoia política y esperaba encontrar sólo cierto discernimiento de la psicología que causa que algunos individuos cuerdos se suscriban a estas teorías de conspiración absurdamente ridículas.

 

Finalmente, en colaboración con Robert J. Shea, escribí una novela satírica en tres volúmenes sobre la conspiración, ¡Illuminatus! Completar un libro tan exhaustivamente  largo debió haber acabado con mi interés en el tema, pero sin embargo mis investigaciones continuaron, evidentemente impulsadas por algún ímpetu misterioso (música de órgano in crescendo, por favor) Me había enganchado psíquicamente a los Illuminati. Como una tarántula en las sábanas o la risa de una mujer que una vez amaste, simplemente no puedes olvidar o ignorar a los malditos Illuminati. Esto era por demás molesto para el Escéptico, que es uno de los 24 yos que viven dentro de mí y el único que generalmente tiene poder de veto sobre los demás.

 

Eventualmente, mi interés por los Illuminati iba a llevarme a través de una Casa de Diversión cósmica con agentes dobles y triples, OVNIs, posibles complots de asesinato presidencial, los símbolos enigmáticos del billete de un dólar, mensajes de Sirio, panqueques de Dios-sabe-dónde, las ambigüedades de Aleister Crowley, algunos halcones misteriosos que rondan a Uri Geller, futuristas, inmortalistas, planes para dejar este planeta y las últimas paradojas de la mecánica cuántica. Ha sido una persecución prolongada pero nunca aburrida, como tratar de encontrar una cobra en un cuarto oscuro antes de que te encuentre ella a ti.

 

Resumiendo, el trasfondo del rompecabezas de los Illuminati de Baviera es así: El 01 de mayo de 1776, en Baviera, el Dr. Adam Weishaupt, un profesor de derecho canónico en la Universidad de Ingolstadt y ex jesuita, formó una sociedad secreta llamada la Orden de los Illuminati dentro de las logias masónicas existentes en Alemania. Ya que la masonería misma es una sociedad secreta, los Illuminati eran una sociedad secreta dentro de una sociedad secreta, un misterio dentro de un misterio, por así decirlo. En 1785, los Illuminati fueron reprimidos por el gobierno bávaro presuntamente por conspirar para derrocar a todos los reyes de Europa y al Papa, para arrancar. Esto es lo único en lo que todos los historiadores suelen concordar. Todo lo demás es cuestión de controversia caliente y, a veces, fétida.

 


Se ha afirmado que el Dr. Weishaupt era ateo, mago cabalista, racionalista, místico; demócrata, socialista, anarquista, fascista; un amoral maquiavélico, alquimista, totalitario y un “filántropo entusiasta” (El último fue el veredicto de Thomas Jefferson, por cierto). También han acreditado a los Illuminati la orquestación tras bambalinas de las revoluciones francesa y estadounidense, de apoderarse del mundo, de ser los cerebros detrás de comunismo, de continuar en la clandestinidad hasta la década de 1970, de adorar secretamente al Diablo y de otras actividades sospechosas. Algunos afirman que Weishaupt no inventó a los Illuminati, sino que sólo los revivió. La orden de los Illuminati ha sido rastreada hasta los Caballeros Templarios, los cultos iniciáticos griegos y gnósticos, hasta Egipto, e incluso hasta la Atlántida. La única generalización segura que uno puede hacer es que la intención de Weishaupt de mantener el secreto ha funcionado; No hay dos estudiantes de la Illuminología que se hayan puesto totalmente de acuerdo sobre cuál era el verdadero “secreto interno” o el propósito de la orden (o es...). Hay un espacio interminable para las especulaciones espeluznantes y para la paranoia pedante una vez que uno entra realmente en la literatura sobre la materia; y ha habido una ola de “revelaciones” sensacionalistas de los Illuminati en cada generación desde 1776. Si vamos a creer toda esta literatura sensacionalista, los malditos conspiradores bávaros han sido responsables de todo lo que anda mal en el mundo, incluyendo las crisis energéticas y hasta el hecho de uno no pueda conseguir un plomero los fines de semana.

 

Por ejemplo, la primera explosión de histeria anti-Illuminati en este país en la década de 1790, fue incitada por federalistas fanáticos, centrados en el cargo de que Thomas Jefferson y el Partido Democrático Republicano eran peones de los Illuminati europeos. El segundo grupo importante de desenmascaramientos excitados llegó en la década de 1840 y circuló gracias al Partido Anti-Masónico, quienes creían que los Illuminati todavía controlaban a los masones y se habían infiltrado en todos los niveles de nuestro gobierno. En ambos casos, los Illuminati eran retratados como demócratas radicales o anarquistas en la tradición ultraizquierdista de la Revolución Francesa. La literatura anti-Illuminati actual, que en su mayoría se distribuye a través de la derecha paramilitar antisemita, retrata los Illuminati como maestros del comunismo y de la banca internacional.

 

Una corriente separada y más extraña de la teoría anti-Illuminati, que ocasionalmente interactúa con esta literatura de conspiración política, los retrata como nazis, magos negros, jode-mentes astrales y satanistas.

 

Pero estos sólo son los temas principales de la Sinfonía anti-Illuminati. Hay innumerables individuos que le han hecho algunos arreglos vocales estilo be-bop — p. ej., Philip Campbell Argyle-Smith, editor de una publicación extraña llamada High IQ Bulletin, afirma que los Illuminati, conocidos como “Judíos” en este planeta, en realidad son invasores de Vulcano. También he visto un libro (por desgracia ahora he olvidado autor y título) que afirmaba que son una conspiración jesuita que se infiltró en la masonería y luego se apoderó del mundo, usando la fachada masónica para evitar que alguien conjeturase que el control real viene efectivamente del Vaticano, je-je-je. Típico de la ingenuidad de dichas teorías conspirativas, los hechos que más claramente las contradicen (es decir, las invectivas anti-masónicas, las excomuniones dictadas por todos los papas durante el último siglo y las toneladas de propaganda anticatólica distribuida por las logias masónicas) son explicados como “parte del encubrimiento”.

 

Y, desde luego, las diatribas anti-Illuminati de todas las escuelas concuerdan sombríamente que “siempre le suceden accidentes a quienes saben demasiado acerca de los Illuminati bávaros”. (Pongamos otra vez esa música de órgano creciente y una risa espeluznante, como la de The Shadow en la vieja serie de radio).

 

Cierta vez que concurrí a un programa de radio en KGO-San Francisco, donde los oyentes llaman y hablan con los invitados, una mujer telefoneó para decir que si yo sabía tanto sobre los Illuminati, es porque debía ser uno de ellos.

 

Me hice el misterioso. “Tal vez el secreto de los Illuminati es que no sabes que eres miembro hasta que ya es demasiado tarde para salirte” dije.

 

Esto fue demasiado metafísico para ella. “Por otra parte” dijo triunfalmente, siguiendo su propio guión, “ustedes controlan la Reserva Federal y los bancos de Rockefeller y Morgan”.

 

“Bien”, dijo el Escritor de Sátira, desplazando temporalmente al Escéptico, “ciertamente no negaré eso. No puede sino a ayudar a mejorar mi rango crediticio”.

 

Esa mujer probablemente todavía está contándoles a sus amigos que logró hacer que uno de los Illuminati se confesara en la radio.

 

En realidad, ya no descreo en los Illuminati, pero tampoco creo en ellos. Vamos a explicar este extraño comentario rápidamente, antes de adentrarnos más en las sombras. Al investigar las conspiraciones ocultas, finalmente uno se enfrenta a una encrucijada de proporciones míticas (llamada la Capilla Peligrosa en el ambiente). Uno sale de ella totalmente paranoico, o agnóstico; no hay un tercer camino. Yo salí agnóstico.

 


La Capilla Peligrosa, al igual que la misteriosa entidad llamada “Yo”, no puede ser ubicada en el espacio-tiempo; es ingrávida, inodora, insípida e indetectable por instrumentos ordinarios. De hecho, como el Ego, incluso es posible negar su existencia. Y sin embargo, aún más similar al Ego, una vez que estás dentro de ella, no parece haber ninguna salida hasta que de pronto descubres que ha sido traída a la existencia por el pensamiento y que no existe fuera del pensamiento. Todo lo que uno teme está esperando con mandíbulas babeantes dentro de la Capilla Peligrosa, pero si uno va armado con la varita de la intuición, la copa de la simpatía, la espada de la razón y el pentáculo del valor, encontrará allí (según las leyendas) la Medicina de los Metales, el Elixir de la Vida, la Piedra Filosofal, la Verdadera Sabiduría y la Felicidad Perfecta.

 

Eso es lo que siempre dicen las leyendas y el lenguaje del mito es poéticamente preciso. Por ejemplo, si entras a ese reino sin la espada de la razón, perderás la cordura, pero al mismo tiempo, si sólo tomas la espada de la razón sin la copa de la simpatía, perderás el corazón. Incluso más notable, si te acercas sin la vara de la intuición, puedes estar parado frente a la puerta durante décadas y nunca darte cuenta que has llegado. Probablemente pensarás que sólo estás esperando un autobús, o vagando de una habitación a otra buscando tus cigarrillos, viendo un programa de televisión, o leyendo un libro críptico y ambiguo. La Capilla Peligrosa es engañosa en esa forma.

 

Entré a la Capilla Peligrosa de manera bastante casual un día en 1971 mientras leía El Libro de las Mentiras escrito por el místico inglés Aleister Crowley. Crowley despertó mi interés porque indudablemente había sido un gran adepto del yoga y el ocultismo, fue considerado un mago negro por muchos, y como el mago del Nuevo Eón por algunos, y tenía una reputación contradictoria como alpinista heroico, poeta, pionero hippy bisexual, alquimista, bromista sádico, taumaturgo y charlatán. Yo estaba especialmente fascinado por la persistente leyenda de que Crowley una vez había convertido al poeta Victor Newburg en un camello, y el testimonio de muchos de que había roto el vidrio de una habitación con sólo mirarlo durante una demostración en Oxford. Todos los libros de Crowley son ingeniosos, paradójicos, brillantes, oscuros y deliberadamente enigmáticos en diversos grados, pero El Libro de las Mentiras es probablemente el más desconcertante de todos, y por lo tanto uno de mis favoritos ya que adoro resolver enigmas y misterios.

 

Frente a la portada de El Libro de las Mentiras hay un anuncio indiferente informando al lector, “no hay ninguna broma o significado oculto en el sello de la editorial”. Esto parece ser una advertencia velada acerca de lo que viene a continuación, pero en realidad es la primera mentira del libro; el historiador del ocultismo Francis King ha determinado cuidadosamente que la fecha de la impresión es inexacta al menos por un año. Este tipo de arte perverso es típico de la relación de Crowley con el lector, y he disfrutado durante años descifrando bromas gnómicas similares en sus otros libros.

 

Sin embargo, siempre vuelvo a El Libro de las Mentiras porque Crowley afirmaba que en alguna parte de ese libro había revelado el secreto interior de la masonería y el iluminismo, codificado para que sólo las personas con “discernimiento espiritual” fueran capaces de descifrarlo. Para 1971 ya había leído el libro muchas veces sin encontrar el secreto, pero todavía lo intentaba, puesto que Crowley es considerado uno de los cabecillas de la conspiración Illuminati por muchos escritores y, de hecho, utilizaba el título “Epopte de los Illuminati” junto a otra docena de títulos honoríficos, cuando estaba en estado de ánimo fanfarrón.

 


De repente, en un “destello cegador” o al menos en un mini-Satori, descubrí el secreto de Crowley. Estaba en el capítulo 69 y se trataba del Sexo Tántrico. Lo explicaré al debido tiempo en la narrativa, pueden estar seguros. El efecto en mí fue que entré a un sistema de creencia en el que ya no podía ver a los autores anti-Illuminati que había estudiado tan extensamente como simples paranoicos. Ahora sentía que veían algo muy real, aunque estaban malinterpretándolo un poco. Estos eran los que se enfrentaban a la puerta de la Capilla Peligrosa sin el pentáculo del valor, temblando y advirtiendo todo el que entrara que la Capilla en realidad es una Horrorosa Máquina Insecto programada por los Demonios de la Muerte, goteando una fétida secreción verde.

 

Inmediatamente decidí poner en marcha una serie de experimentos neuropsicológicos que demostrarían objetivamente si yo realmente había adivinado el verdadero secreto. Los principales resultados de estos experimentos son presentados en este libro. El resultado sobresaliente fue que entré a un sistema de creencia, desde julio de 1973 hasta octubre de 1974, en que recibía mensajes telepáticos de entidades residentes en un planeta del sistema binario de Sirio.

 

También comencé a encontrar — a veces mediante las coincidencias más inverosímiles— varias pistas documentales que ataban firmemente la historia larga y misteriosa del iluminismo a las creencias ocultistas sobre Sirio. Estas “coincidencias afortunadas” — o sincronicidades como son llamadas en la psicología jungiana — son comunes entre aquellos que se involucran con las sociedades secretas ocultistas en general, y con la Capilla Peligrosa en particular. Como señala Neal Wilgus en The Illuminoids,

 

Desde el principio, The Illuminoids fue moldeado por la coincidencia, desde el descubrimiento de Las Sociedades Secretas de Daraul... a la publicación de Iluminatus! de Shea y Wilson. Un libro de otro Wilson, Lo Oculto de Colin Wilson, también fue descubierto en el momento oportuno y a menudo “cayó abierto en la página correcta” como el mismo Wilson dice que le sucedió a él con otras referencias.

 

Esa última frase es una obertura adecuada para las ambigüedades que pronto confrontaremos. Aún no estoy seguro si la última frase se refiere a mí o a Colin Wilson.

 

Después de Octubre de 1974 (debido a una reunión con el Dr. Jacques Vallee, un astrónomo, cibernético y ufólogo extraordinariamente erudito), comencé a desarrollar nuevos sistemas de creencias para explicar mi experiencia de Sirio, que no necesariamente implicaban la impresionante suposición de que literalmente recibía transmisiones reales de un emisor PES desde el sistema de la estrella de Sirio.

 

El Dr. Vallee ha estado interesado en los OVNIs desde principios de los años 60, cuando vio a dos de ellos. A lo largo de los años, Vallee ha ampliado sus investigaciones para incluir experiencias “psíquicas” relacionadas de una manera u otra con los OVNIs, tales como mis experiencias de Sirio. Él cree que estos tipos de comunicaciones etéreas han estado sucediendo durante siglos y que probablemente no fueran extraterrestres. El contenido extraterrestre de la experiencia en estos días, dice, es sólo una adaptación a las creencias del siglo XX. Según sus datos, el fenómeno ha tomado otras formas espectrales en épocas pretéritas.

 

Esto tenía perfecto sentido para mí, puesto que yo originalmente había entrado en contacto con “la entidad” por medio de del ocultismo crowleyano. La explicación extraterrestre no era la verdadera explicación, como yo había pensado; sólo era el último modelo de la Experiencia, como los ángeles habían sido el modelo en la Edad Media, o los parientes muertos hablando a través de los médiums en el siglo XIX.

 

Entonces, el sábado 13 de marzo de 1976, un cable de la agencia Reuters apareció en los periódicos de todo el mundo. Lo leí en el San Francisco Examiner-Chronicle y fue como abrir la puerta de mi propia casa y encontrar a Ming el Despiadado a los tiros con Flash Gordon.

 

El cable era sobre Robert K.G. Temple, miembro de la Real Sociedad Astronómica de Inglaterra, un científico prestigioso, quien estaba exponiendo una teoría tan loca que parecía salida de las páginas del mismo von Däniken. Temple afirmaba que la tierra había sido visitada alrededor del año 4500 A.C. por una raza avanzada proveniente de un planeta del sistema de la estrella binaria Sirio. Basaba esta afirmación en el hecho de que puede encontrarse conocimiento evidente y específico del sistema de Sirio en la mitología babilónica, egipcia y en la de algunas tribus africanas sobrevivientes - conocimiento que la astronomía moderna sólo ha redescubierto gracias a los instrumentos increíblemente delicados de las últimas dos décadas.

 

Ahora, a cualquiera le asombraría ver a un astrónomo del estatus de Temple expresando semejante teoría de revista sensacionalista, pero yo estaba más allá de la sorpresa; estaba desconcertado.

 

Mencioné el cable de Reuters unos días después a un amigo, Saul Paul Sirag, un físico monstruosamente erudito que generalmente sabe más sobre cualquier otra ciencia que menciones que la mayoría de los expertos en ese campo.

 

“Ah, los datos de Temple no son nuevos,” dijo Saul Paul. “Los antropólogos han sabido durante años que varias tribus africanas tienen un conocimiento muy avanzado del sistema de Sirio. Por ejemplo, algunos de ellos sabían sobre la compañera de Sirio, una estrella enana — mucho antes de que la descubriéramos con nuestros telescopios”.

 

“Y ¿cómo explican eso los antropólogos?” le pregunté.

 

“No lo explican” dijo Saul Paul con una sonrisa de Groucho Marx. “Se lo considera un misterio”. Saul Paul, que era teólogo antes de ser físico, es también autor de una hilarante novela teológica-psicodélica llamada Jumped by Jesus. Él es un caso aún más avanzado de Agnosticismo Agravado que su humilde narrador y ama los datos que no encajan en ningún conjunto de teorías.

 

Rápidamente obtuve una copia del libro de Temple de Inglaterra, y quedé pasmado5. La evidencia presentada por Temple, que resumiremos posteriormente, podría ser interpretada como una señal de la llegada a la tierra de la gente de Sirio a bordo de una nave espacial física alrededor del año 4500 A.C. Según Temple, esta información había pasado a través de diversas órdenes iniciáticas del antiguo mediterráneo y África hasta la actualidad. Pero la evidencia también podría interpretarse como una señal de que en aquella época habían sido descubiertos métodos de telepatía interestelar entre la tierra y el sistema de Sirio y que desde entonces muchos han podido sintonizar ese canal. En otras palabras, a través de la enseñanza secreta de Crowley, yo podría haber sintonizado un diálogo cósmico de casi 6.500 años de antigüedad.

 


La Capilla Peligrosa, como he dicho antes, es engañosa en esa forma. Cuando piensas que estás fuera, sólo estás en otra sala de ilusiones pintadas para que parezcan el bosque seguro de afuera; y cuando piensas que estás dentro otra vez, pronto descubres que en realidad estás caminando de vuelta a casa. Como resume el tradicional dicho Zen:

 

Primero hay una montaña,

Después no hay ninguna montaña,

Luego vuelve a haber una montaña.

 

En este contexto, no esperamos que nadie crea en las transmisiones de Sirio sólo porque el autor parece un tipo honesto. Richard Milhous Nixon parecía un tipo honesto, por lo menos para la gente que votó por él. Hacemos énfasis en que no estamos en competencia por el Mercado del Verdadero Creyente con Nixon (o con Erich von Däniken). Queremos mostrar, con evidencia objetiva y documentada, que algo está sucediendo. Algo más físico y palpable que una alucinación.

 

El Semántico levanta las cejas y murmura que la expresión “algo más físico y palpable que una alucinación” no transmite una idea muy precisa; uno bien podría hablar de algo más tangible y objetivo que el ensueño. Seremos más específicos a medida que avancemos, pero en esta etapa debemos definir explícitamente nuestra horrible ignorancia antes de atrevernos a proponer nuestras especulaciones. Es importante indicar inequívocamente que los datos no están en conflicto con la “ciencia” como se imaginarán los ingenuos — de hecho, les proporcionaremos varias explicaciones científicas en la Segunda Parte — pero están, grotesca y torpemente, en total conflicto con el sentido común. Es perverso, paradójico y absurdo. Uno podría decir “esto es insólito” y si un niño preguntara inocentemente, “¿Quieres decir ‘insólito –jaja’ o ‘insólito-raro?’”, tendría que responder “Ambos”.

 

Déjennos ilustrar con un ejemplo el tipo de misterios que estaremos enfrentando — el Caso de los Panqueques del Espacio Exterior. Al igual que un cerdo con alas, esto sin dudas es insólito; dejamos que lector decida si considerarlo insólito-jaja o insólito-raro.

 

Joseph Simonton de Eagle River, Wisconsin, afirma que un día un platillo volador aterrizó en su patio trasero y un extraterrestre salió y le dio algunos panqueques.

 


No hubo ningún otro testigo de este acontecimiento notable, por lo que sin duda es tentador decir que Simonton estaba alucinando. Sin embargo, no hay ninguna razón para pensar que perpetró un engaño consciente. No ha intentado comercializar su encuentro de ninguna manera y parece estar desconcertado por toda la experiencia, como lo estaría cualquiera.

 

El Dr. J. Allen Hynek, un astrónomo escéptico que explicó otros OVNIs como “gases del pantano”, fue enviado por la fuerza aérea para investigar la experiencia jode-mentes de Simonton. El Dr. Hynek llevó algunos de los malditos panqueques a la base de la Fuerza Aérea de Dayton, donde tienen su sede para la investigación ufológica y los científicos determinaron que los panqueques eran perfectamente normales y que contenían nutritivo germen de trigo, quizás indicando que los Hermanos del Espacio son fans de Ralph Nader. El Dr. Hynek mismo dice que piensa que Simonton estaba diciendo la verdad, es decir, él creyó en su experiencia.

 

El Dr. Jacques Vallee también investigó este caso y dice que también está convencido de que Simonton es honesto.

 

Simonton mismo no tiene ni idea por qué, de todas las personas en la tierra, fue seleccionado para recibir este desconcertante regalo.

 

Si Simonton simplemente alucinó todo el episodio, ¿de dónde vienen realmente los malditos panqueques astrales? Contéstenme eso, Oh vosotros escépticos. Por el contrario, si el platillo volador estaba realmente allí en el patio, en nombre de todos los dioses barrigones de Birmania: ¿por qué los extraterrestres decidieron en esta ocasión regalarle panqueques a un ser humano?! La historia es igualmente bizarra e insatisfactoria de cualquier manera que la interpretemos.

 

La aventura de Simonton es más característica de lo que piensan los lectores que no están familiarizados con los contactos con OVNIs. Los periódicos y la televisión generalmente cubren sólo una pequeña fracción de reportes de OVNIs y generalmente publicitan sólo a los contactados que establecen movimientos cuasi-religiosos alrededor de sí mismos, basados en doctrinas de paz y ecología pop supuestamente transmitidas por los ufonautas. Dichas historias mesiánicas son de lectura confortable, puesto que la mayoría de nosotros quisiera creer secretamente que los Hermanos benevolentes del espacio están tratando de salvar a este planeta de los diversos desastres que parecen amenazarlo, pero son una minoría. Los panqueques de Simonton son mucho más típicos.

 

Un contacto clásico involucra a dos agentes de Inteligencia Naval de alta probidad. También hubo un apagón de radar “casual” (aunque muy misterioso) en toda la zona, casi como si la Capilla Peligrosa en este caso hubiese usado una tecnología que la hacía invisible al radar. Al parecer, los oficiales tuvieron contacto con un ser benévolo del planeta Urano. El ingenuo creyente en los amorosos Hermanos del Espacio se regocijará con dicho cuento, especialmente porque las comunicaciones recibidas incluían la habitual propaganda de paz. El más analítico detectará el elemento del cerdo con alas en los hechos de que (a) Urano es casi ciertamente incapaz de albergar vida y que (b) la entidad dio un nombre que suena sospechosamente como una broma dirigida a cualquier estudiante de Cábala que analice la transcripción. El nombre era “AFFA,” que en un idioma cabalístico llamado “angelical” significa nada o el vacío. El contacto, en este caso, fue 99 % “telepático”, como mi experiencia de Sirio, pero a los oficiales se les brindó una visión de cómo lucía una verdadera nave espacial en su ventana durante el clímax de la experiencia. Y ése fue el momento cuando “casualmente” se produjo el apagón de radar en el area.

 

Otros han tenido “alucinaciones” clásicas o experiencias “psicóticas” con los Hermanos del Espacio, como conocer a Jesús en un platillo volador o ser llevados a cien años luz y volver en media hora; por lo que el investigador apresurado estaría dispuesto a descartar tales cuentos como imaginarios. Por desgracia, estas personas a menudo tienen alguna evidencia ambigua pero definitiva de que algo sucedió — testigos independientes vieron un OVNI al mismo tiempo, o hubo extrañas fallas mecánicas en la vecindad: una vez dos personas involucradas en diferentes contactos a cientos de kilómetros de distancia entre sí y con un año de diferencia, contaron los mismos detalles absurdos. Cada uno alegó una visita a un planeta llamado “Lanulos”, donde todos los nativos son humanoides y andan desnudos. Esta historia fue contada tanto por un vendedor de Virginia Oeste, como por un estudiante de leyes de Washington, independientemente uno de otro8. En tal caso el reduccionista más ardiente no puede reducir lo que ocurrió a menos de una alucinación compartida telepáticamente, lo que de por sí ya es algo sorprendente. (¿Cuántos testigos independientes tienen que participar en un evento para que no sea descartado como una alucinación compartida? Como han indicado Berkeley, Hume y otros, es lógicamente imposible demostrar que toda nuestra experiencia cotidiana no es una fantasía. Ya que sólo la telepatía puede explicar el viaje espacial compartido en este caso particular, los datos pueden ser llamados alucinación compartida por determinado escéptico, incluso cuando los testigos son independientes uno del otro. Eso es solipsismo, e incluso paranoia.)

 

Pretender que ambos testigos eran mentirosos sería conveniente, por supuesto, pero uno tiene la incómoda sensación de que es una extraña coincidencia que dos mentirosos inventen la misma mentira de forma independiente. De esa manera se puede rechazar cualquier dato, incluyendo los experimentos de laboratorio que no te gustan. Por ejemplo, aquellos que rechazan la telepatía han llegado al punto de impugnar la honestidad o la cordura de varios miles de investigadores científicos en todos los continentes durante un período de décadas. Esa forma conveniente de eliminar datos sólo es compartida por los anti-evolucionistas más ardientes de las sectas fundamentalistas.

 

Tengan en cuenta que prometimos varias explicaciones científicas de nuestros datos, no una explicación. En este momento no hay ninguna teoría única que explique todas las Cosas Malditas que vamos a traer y hacer desfilar para que ustedes las inspeccionen. Para darles cierta perspectiva de antemano, déjennos hacer una lista con algunas de las ideas que han pasado por la mente de este investigador en el curso de su viaje de entrada y salida a la Capilla Peligrosa.

 

O bien…

 

(a) las pruebas aquí reunidas pueden explicarse mediante el Teorema de Bell, un gran avance de la física que sugiere la indivisibilidad básica de todas las cosas. Bell también permite tres submodelos que vamos examinar: (1) el universo creado por el observador; (2) universos paralelos; (3) información sin energía;

 

y/o

 

(b) algunos seres humanos con poderes psíquicos altamente evolucionados (“los Illuminati”) están jugando juegos mentales con otros seres humanos, haciéndose pasar a veces por (c) o (d) a continuación;

 

y/o

 

(c) realmente estamos siendo contactados, o siendo sujetos de experimento o manipulados por Inteligencias Superiores del Espacio Exterior, probablemente de Sirio (o los Illuminati están creando una simulación de estos extraterrestres);

 

y/o

 

(d) siempre hemos compartido este planeta con otras especies inteligentes, que pueden permanecer invisibles o manifestársenos en cualquier forma que deseen. El investigador de OVNIs John Keel llama estas entidades hipotéticas “ultra-terrestres”. En épocas antiguas se les llamaba hadas, ángeles, demonios, duendes, etc.

 

y/o

 

(e) todos estamos evolucionando hacia el uso de circuitos neurológicos nuevos que nos harán sobrehumanos en comparación a nuestro estado promedio actual. La activación de estos nuevos circuitos crea una gran anomalía transitoria hasta que aprendamos a usarlos correctamente. Esta es la teoría de yoguis orientados científicamente como Sri Aurobindo y Gopi Krishna, y del Dr. Timothy Leary.

 

y/o

 

(f) una combinación o permutación de lo anterior que sucede de manera simultánea.

 


Algunos de nuestros datos encajan en una de las teorías anteriores mejor que otros; algunos encajan igualmente bien en dos o tres teorías; algunos todavía no encajan en ninguna teoría. El enfoque multiteórico (o, como se llama en física, el enfoque multimodelo) es la única manera de tratar adecuadamente con todos los hechos. Cualquier enfoque uniteórico es prematuro y causa un truncamiento de nuestra inteligencia; nos obliga a ignorar o menospreciar parte de información que podría ser crucial.

 

El enfoque multimodelo comenzó con la física subatómica, principalmente gracias al ganador del premio Nobel Niels Bohr. En el trato con ciertas entidades misteriosas en ese plano quasi-astral, los físicos hallaron pruebas contundentes de que estas entidades eran partículas. Bien. Por desgracia, otras pruebas igualmente persistentes, demostraron que en realidad las entidades eran ondas. No tan bien. Algunos físicos se aferraron a la teoría de la partícula e insistieron en que toda la evidencia que apoyaba a la teoría de la onda eventualmente sería explicada y descartada. Otros, sin embargo, aceptaron las ondas y rechazaron las partículas. Otros, jocosamente, comenzaron a hablar de “ondículas”. Bohr sugirió que la búsqueda de un modelo correcto era medieval, precientífica y obsoleta. Podemos entender mejor los eventos subatómicos, dijo, si aceptamos la necesidad de permitir más de un modelo.

 

Como Marshall McLuhan ha señalado en The Mechanical Bride y otras obras, el enfoque multimodelo ha influido en todos los campos de la ciencia e incluso aparece en el arte moderno (p. ej., las pinturas cubistas muestran varias perspectivas a la vez; Ulises de Joyce describe el mismo día en varios estilos — épico, dramático, periodísticos, subjetivo, naturalista, etc.). McLuhan incluso ha proclamado, en su habitual estilo apocalíptico, que el enfoque multimodelo es el descubrimiento intelectual más importante y más original del siglo XX. El Conde Alfred Korzybski dijo que marcó la transición de la civilización aristotélica (dogmática, monista, autoritaria) a la civilización no-aristotélica (relativista, pluralista, libertaria).

 

Para mayor comodidad, todos los modelos mencionados y que vamos a examinar a medida que avancemos, pueden ser resumidos en dos metamodelos. (1) Todo es obra de nuestros propios sistemas nerviosos. Según avanzamos hacia una Inteligencia Superior, nuestros cerebros pueden afectar cada vez más al universo debido a la inseparabilidad cuántica, primero creando coincidencias, luego sincronicidades jungianas, después aparentes Seres Sobrehumanos externos, que en realidad son máscaras del resultado de nuestra propia evolución. (2) No todo es obra de nuestros sistemas nerviosos. A medida que avanzamos hacia una Inteligencia Superior, nuestro cerebro puede comunicarse con otras inteligencias superiores. Según el monismo cuántico de Bell, esto incluye contacto con adeptos avanzados que son tanto humanos como inhumanos, terrestres y extraterrestres y localizados temporalmente en lo que llamamos pasado, presente y futuro.

 

Pero mejor pospongamos tales cuestiones filosóficas hasta después de examinar la cronología de mis propias aventuras en la Capilla Peligrosa. Recuerden: es un lugar tramposo.

 

Algunas veces no nos parecerá que atravesamos la Puertas del Misterio, sino que simplemente vagamos en la Casa de la Risa de un Parque de Diversiones bastante sórdido.





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