sábado, 14 de abril de 2012

Introducción al PRINCIPIA DISCORDIA (Fragmento)

INTRODUCCIÓN A LA 5TA EDICIÓN:

Por Kerry Thornley, Cofundador de la Sociedad Discordiana

Traducción: Mazzu Stardust





Si la religión organizada es el opio de las masas, entonces la religión desorganizada es la marihuana de los lunáticos marginados.



La más desorganizada de todas las religiones, el Discordianismo, comprende que la organización es el trabajo del Demonio. El Caos Sagrado es la Condición Natural de la Realidad, al contrario de las creencias populares. Los Teólogos citan al Orden del Universo como prueba de una Inteligencia Suprema, pero un simple vistazo basta para ver que esas estrellas no están en filas ordenadas (Ah, seguro, está el Pañal Mayor y el Pañal Menor, pero si realmente fueran diseños de ‘forme el dibujo uniendo los puntos’ tendría que haber números al lado de las estrellas). La teología solamente es un debate para ver a quién se le echa la culpa por haber creado la realidad. Lo que imaginamos como orden, es simplemente la forma prevaleciente del caos.




Cada unos tantos miles de años algún pastor inhala el humo de una zarza ardiente y tiene una visión, o come pan de centeno enmohecido en una cueva y ve a dios. Desde entonces, sus seguidores se siguen matando entre ellos ante la menor provocación. Casas embrujadas llamadas templos son construidas por un lado y demolidas por el otro - y luego se libran contiendas sangrientas sobre sus cimientos.



La religión organizada predica Orden y Amor, pero engendra Caos y Furia ¿Por qué?



Porque todo el Universo Material es propiedad exclusiva de la Diosa Grecorromana del Caos, la Confusión, la Discordia, el Desorden y el Revoltijo. Ningún poder Espiritual es lo suficientemente fuerte siquiera para abollar el guardabarros de su carruaje. Ninguna fuerza material puede resistir a la tentación de Su Quinto Banco Intergaláctico de Fondos Derretidos de la Acrópolis para Sobornos y Corrupción.



Todo esto me fue revelado durante un evento absoluta e inolvidablemente milagroso en 1958 o 1959 en un bowling en Friendly Hills o tal vez en Santa Fe Springs, California, y fue presenciado por Gregory Hill o Malaclypse el Menor, o tal vez por Malik el Loco o por el Reverendo Dr. Ocupante o por un tipo que debía parecerse vagamente a alguno de ellos.



Con la ayuda de la Piedra Caosofal, encontré a la Diosa Eris Discordia en mi glandula pineal (en el Canal Cósmico Número Cinco) y desde entonces he sabido todas las respuestas a todos los misterios metafísicos, metamísticos, metamórficos, metanoicos, y metafóricos. (Antes de eso no sabía ni cómo instalar una bolsa de basura para que no se hundiera adentro del tacho la primera vez que alguien arrojara mugre).



Tú también puedes activar tu glándula pineal simplemente recitando el contenido completo de este libro luego de levantarte cada mañana, untándote pasta de sándalo entre los ojos todas las noches antes de acostarte, golpeando tu cabeza contra el suelo cinco veces por día - con cuidando de no dañar a las cucarachas - y meditando (definido como sentarte por ahí a esperar la buena suerte).



Cuando finalmente tu glándula pineal se encienda, nunca, mientras vivas, necesitarás relajarte.



Eris Discordia resolverá todos tus problemas, y como recompensa, esperará que tú resuelvas todos Sus problemas. En estas mismísimas páginas aprenderás a convertir a los infieles. Más tarde, se te enseñará cómo molestar a los herejes. También se te pedirá que resuelvas acertijos similares a los del Zen, tales como: Si Jesús era judío, ¿Por qué tenía un nombre tan puertorriqueño?



Una vez que te conviertas en adepto reincidente, cualificarás para una ordenación. Tal vez te transformes en Caósofo (quien declama comentarios sobre el Caos), o quizás en Caoista (el que anda por ahí despertando el Caos) o, por instancia en Sabedor (el que prefiere saber a hacer).



Pero bajo ninguna circunstancia te convertirás en Profeta. No queremos poner en riesgo nuestro estatus de no-profetas.



Sin embargo, lo que nos falta en Profetas, lo tenemos en Santos. Solamente un Papa puede canonizar a un Santo, pero cada hombre, mujer, y niño de este planeta es un Papa genuino y autorizado (genuino y autorizado por la Casa de los Apóstoles de Eris). Así que puedes ordenarte a ti mismo - o a cualquier otra persona o cosa - como un Santo.



Al comienzo no fue tan fácil. En 1968, cuando por primera vez me declaré Santo, Gregory Hill dijo “es imposible,” insistió, “solamente la gente muerta puede ser Santa,” añadiendo, “o personajes ficticios,” concluyendo, “y tú no entras en ninguna de esas categorías”.



Pero resulta que, a pesar de que ya no era un creyente, yo todavía era miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Así que Greg estaba equivocado. Los otros mormones y yo ya éramos santos, a pesar de lo que él dijera.



Hoy en día, solamente los mormones tienen más santos que la Sociedad Discordiana. Pero planeamos ponernos a la par ¿Te unirías a nuestro Santoral? La Perfección Moral no es necesaria para la Santidad Discordiana. Simplemente tienes que sufrir un montón.



Me vienen a la mente tantos otros beneficios de la membresía a nuestra religión, que no sé por donde empezar. Por ejemplo: no tienes que levantarte temprano los domingos para ir a la iglesia. Puedes quedarte durmiendo ¿Cuántos credos cristianos - que hablan del amor fraternal - son así de compasivos?



Puedes ser un discordiano en toda regla sin tener que ver a otros discordianos. Esa es una de las ventajas de las religiones por correo, a las que las religiones más convencionales intentan restarle importancia.



Lo mas inusual de la Anormalidad Discordiana - así es como la llamamos - es la descentralización ¡No me contacten aquí en el Cuartel General de la Sociedad Discordiana Ortodoxa! Envíense entre ustedes sus cartas, notas, reliquias, sacramentos y órdenes de excomunicación. Esto, según el Epískopo discordiano Ol’ Sam (del 36 Erskine Drive, Morristown, New Jersey 07960), es la anormalidad erística - y añade: “desafortunadamente, la mayor parte de la anormalidad erística está conformada por chismorreos tontos, autobromas masturbatorias, variaciones triviales del mismo dogma viejo y rancio, burlas sarcásticas hacia aquellos que no son raros exactamente en la misma forma que ‘nosotros’, y otras basuras similares, repetidas ad nauseam: ¡Y eso también es bueno!” (Me agrada la forma en la que Ol’ Sam conserva siempre su actitud positiva).



Nuestro programa de proyección se llama Anormalidad Anerística y es definido por Ol’ Sam como “cosas raras enviadas en broma a aquellos que todavía están atrapados en la región del Batacazo” - o sea, conservadores. Cuando uno de estos fundamentalistas del orden hace algún comentario público especialmente reaccionario, es probable que reciba un Jake - encontrará su casilla de correspondencia completamente llena de porquerías enviadas el mismo día por discordianos de todas partes.  “Para mayor provecho,” dice Ol’ Sam, “un buen Jake debe ser en respuesta a una manifestación particularmente grosera de Ilusión Anerística, y no solamente como represalia, sino también para enseñar y divertir (o al menos hacerlos enfurecer). Los mejores Jakes involucran a un montón de discordianos, todos conspirados para contactar al sujeto durante el Día de Jake - un brillante ejemplo del acuerdo discordiano, por paradójico que pueda sonar esto” (si eso les suena paradójico, esperen a escuchar sobre el acordeón discordiano).




Otra ventaja del discordianismo sobre las otras grandes religiones del mundo, es lo de los Fendersons. Mientras que ni siquiera necesitas ser discordiano para convertirte en un Fenderson, los taoístas, por ejemplo, ni siquiera saben que los Fendersons existen. Y los que lo saben, no lo dicen.



El discordiano Fenderson Graham Trievel explica que “Fenderson es un miembro de una familia a la que puedes unirte simplemente diciendo que eres uno de ellos. Si; cualquiera que quiera ser un Fenderson, puede ser un Fenderson. Solamente tienes que decir tres palabras: ‘Soy un Fenderson’. Es así de simple”.



Los entusiastas de la genealogía estarán interesados en saber que “podrán hallar a nuestro ancestro Fenderson en J. Glew, 5611 Lehman Road, DeWitt, Michigan 48820… la culpa es de él”.



Todos los Fendersons añaden ‘Fenderson’ a sus nombres, o utilizan el apellido Fenderson junto a un primer y segundo nombre completamente nuevos. “Por ejemplo, pueden llamarme Graham Fenderson Trievel, Fenderson Graham Trievel, o Graham Trievel Fenderson” (a mí pueden llamarme San Ignacio Fenderson).



Pero debes mantenerte continuamente en contacto con otros Fendersons. “Esto,” dice Fenderson, “es fácil de lograr, ya que puedes hacer que cualquiera sea un Fenderson, incluso si no desea serlo”.



Para recibir una gorra de baseball conmemorativa de la reunión de la Familia Fenderson en 1989, escríbanle a Graham Fenderson Trievel a Rt. 113, Box 481, Lionville, PA 19353. Pero advierte “estaré juntando nombres y direcciones de Fendersons para posibles publicaciones futuras”.



Si te conviertes en un discordiano, pero también buscas la salvación a través de la Iglesia Industrial de los SubGenios (Box 140306, Dallas TX 75214), eres libre de retarte a duelo por tu membresía. Pero si vives afuera de Texas (en algún estado donde los duelos son ilegales), puedes ser un SubGenio honorario y un discordiano deshonorario a la vez.



Se puede decir que el subgenioismo es nuestra fe o religión hermana - o al menos nuestra teología compañera, ya que J. R. “Bob” Dobbs fue compañero mío en la Marina, en Atsugi, Japón (donde se destacó por pegarse un tiro en el pie mientras hacía guardia - a pesar de que solamente estaba apuntándole a una mosca que tenía en la punta de la bota). Dobbs estaba convirtiéndose en un súper-vendedor y en gran médium que, hasta su prematuro asesinato, canalizó Prescripturas que ocasionalmente mencionaban a Eris Discordia, y no siempre con la gentileza que dicta la prudencia.



De esas Prescripturas nació la Iglesia de los SubGenios - llamada de ese modo porque sólo calificas para entrar si tu coeficiente intelectual está por debajo de la categoría ‘Genio’.



Una pipa en la boca y un brillo maniático en la mirada eran las marcas registradas de “Bob”, al igual que su fanatismo por demandar judicialmente por violación a los derechos de autor a cualquiera que le brillaran los ojos de la misma forma. Otras características excitantes del los SubGenios incluyen su voluntariosa búsqueda del Holgazaneo, su valiente determinación de convertirse en No-Superhombres, su comprensible disgusto con el Tecnoaburrimiento, su desvergonzado Comercialismo Estúpido, y su profundo orgullo por sus raíces ancestrales al descender del Abominable Hombre de las Nieves del norte de Tibet.



Puedes descubrir más enviándoles tu cuenta bancaria.



En cambio, si deseas unirte a los Illuminati Bávaros, debes enterrar tu dinero dentro de una caja de cigarros en tu patio. Uno de sus agentes subterráneos lo encontrará y te contactará. Nuestra religión está tan infiltrada por agentes de los Antiguos Videntes Iluminados de Baviera que si, por ejemplo, repartes panfletos ‘Juego-Limpio-para-Suiza’ para nosotros, también te aseguras un rápido avance hacia trabajos más importantes de los Illuminati.



Tanto la trilogía ‘¡Illuminatus!’ de Robert Shea y Robert Anton Wilson, como el juego de mesa ‘Illuminati’ de Steve Jackson mencionan a la Sociedad Discordiana casi tan a menudo como a los nefastos Conspiradores Bávaros mismos. El prestigio que genera una asociación íntima con los Illuminati es enorme, ya que ellos han manejado completamente el mundo entero durante los pasados cinco mil años.



A diferencia de los Illuminati, que están en todas partes, la Primera Iglesia Evangélica y No-confesional de la No Fe del Reverendo Jesse Sump es una franquicia exclusiva de los discordianos. Luego de recibir un precioso botón de Mao que decía “Debemos tener fe en el Partido y en las masas”, Sump exclamó “¡No fe! ¡No fe en el Partido, no fe en las masas, no fe en dios y no fe en las clases dirigentes!”, y así comenzó la Primera Iglesia Evangélica y No-confesional de la No Fe. Sin embargo, Jesse Sump tiene fe en Eris Discordia, “porque todo el mundo tiene que creer en algo”.



Tal vez la principal discrepancia entre la Sociedad Discordiana y la organización de Sump sea una diferencia de estilo. Nosotros lo tenemos. Ellos no.



Pero si te interesa incursionar en campamentos enloquecidos para echar espuma por la boca, hablar en lenguas, manipular serpientes, correr con el culo al aire y otras experiencias fantasmagóricas, la Iglesia de la No Fe te hará tan feliz como un chancho en el barro.



Por supuesto, el alto esplendor de la Parateoanametamísticahermandad de Eris Esotérica no será tuyo solamente porque lo pidas. No solicitamos donaciones, no pedimos diezmo, no cobramos admisión, no recaudamos impuestos, y solamente manejamos unas pocas tiendas elegantes de novedades religiosas. Pero las más sagradas manifestaciones de discordianismo conllevan ciertas obligaciones.



Comer hot-dogs está prohibido, excepto los viernes - cuando es algo compulsivo. Pisar cucarachas no te hará sumar puntos frente a nuestro Bendito San Gulik. Deberás disciplinarte mediante un postgrado certificado de Holgazanería, hasta ser capaz de beber cerveza y mirar televisión con absoluta concentración. Todos los bowlings (o boleras) son sagrados para los discordianos, y de ser necesario, darás tu vida para protegerlos de la profanación - si es que a alguien llega a ocurrírsele profanar boleras. Finalmente, no descansarás hasta que todos los corderos se unan al rebaño (y cuando hayamos convertido a todas las ovejas, iremos por los perros, luego los lobos, cabras y, en la hora ungida, a los seres humanos).



La Diosa también espera que trabajes por tu cuenta. Debes volcar toda tu atención en cada tarea que realices, hasta darte cuenta - en un súbito flash de iluminación - de lo confusas que son.




Hay intolerantes que te perseguirán debido a que odian a Eris Discordia, y no tienen mejor idea que juzgar a una religión entera por la conducta de una sola divinidad.



Pero antes de ser un discordiano, yo entraba en mi habitación y el desorden me hacía recordar que era un desastre, y me sentía abatido. En estos días, cuando ocurre lo mismo, simplemente digo “¡Salve Eris!” - nuestro saludo habitual ante cualquier encarnación del caos -  y continúo con alegría, seguro en el discernimiento de que las constelaciones no tienen un mejor aspecto.



Antes de ser discordiano, me tomaba la vida demasiado en serio. Cuando tomas la vida tan seriamente, comienzas a preguntarte cuál es su sentido. Cuando comienzas a preguntarte sobre el sentido de la vida, caes en la trampa de creer que tiene alguno. Cuando piensas que tiene un sentido, finalmente descubres que no lo tiene ¿Y qué sentido tiene vivir así? Hoy en día, me salteo la búsqueda del sentido y encuentro las palabras claves.



Antes de ser discordiano me sentía angustiado por la ineficiencia y la inhumanidad de las organizaciones. Ahora, me siento justificado por su ineficiencia y su inhumanidad.



Antes de ser discordiano, me asustaba hasta mi propia sombra ¡Ahora mi sombra se asusta de mí!



Habiendo echado al menos un vistazo al valor del discordianismo, ahora estás preparado para sorprenderte con la importancia de este librito que tienes ahora entre tus manos.



Cinco años de actividad de la Sociedad Discordiana pasaron antes de que la primera edición del Principia Discordia saliera del mimeógrafo del fiscal de distrito de New Orleáns Jim Garrison (sin que él lo supiera) en 1964. Fue obra de Gregory Hill y Lane Caplinger, una mecanógrafa discordiana que trabajaba en la oficina del fiscal.



Durante los cinco años posteriores, Greg produjo ediciones más completas y graciosas, con una ayudita mía (aunque no tanta como sospechan los enemigos de nuestra fe).



De ninguna manera el Principia Discordia es nuestra única escritura. Greg ha estado escribiendo lo que él dice que es un sumario del universo, aunque evidentemente pasará bastante tiempo antes de que lo termine. Adicionalmente, existen pilas y pilas de panfletos y folletos discordianos perpetrados por conversos animosos de todas partes - junto a montones nuevos que llegan a la casilla de correo todos los meses - pero sólo la Diosa sabe adónde están ahora, o qué era lo que decían. También está ‘Caos: los boletines del anarquismo ontológico’ (Grim Reaper Books) de Hakim Bey, miembro del Comité de la Expropiación Desarmada de la Sociedad John Henry McKay y Obispo de Persia (en exilio) de la Iglesia Morisca Ortodoxa de América. Pero el testamento más sublime de todos es ‘El Honesto Libro de la Verdad’ - del cual, lamentablemente, sólo hay una copia guardada bajo llave en la Biblioteca Cerrada de los Archivos Akáshicos. Solamente los epískopos discordianos cualificados y con glándulas pineales activadas pueden copiar pasajes de él - y sólo podrán ser publicados cuando puedan demostrar, más allá de toda duda razonable, que contienen valores sociales compensatorios, educativos, y de interés.



Sin embargo, esta combinación de la cuarta y quinta edición del Principia Discordia es incuestionablemente la más influyente de las obras fantásticas e inmortales que nuestra Diosa de la Grecia Clásica haya inspirado.



¿Quién se hubiera arriesgado a apostar a cuántas vidas ingratas y desgraciadas han privado para siempre de propósito irrelevante estas pocas páginas sorprendentes? ¿Quién puede decir cuántos seminaristas leyeron el Principia y decidieron cambiar sus vocaciones por la de payaso, o a cuántos terratenientes impulsó a vender sus propiedades para comprar lanchas o avionetas para traficar marihuana, o a cuántos políticos inspiró para retirarse en la soledad de las altas montañas y convertirse en ermitaños, o a cuantos banqueros ha transformado en anarquistas?



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